Dicen que casi siempre la realidad supera a la ficción. Y, cuando hablamos de naturaleza, en ocasiones podemos disfrutar de parajes tan increíblemente bonitos y sorprendentes que nos podrían llevar a pensar que son un fotomontaje… pero no lo son. Rarezas como el sorprendente color rosado del Lago Hillier de Australia, la puerta al infierno de Turkmenistán o el lago sobre un acantilado en las Islas Feroe nos hacen creer que la naturaleza es mucho más sabia de lo que creíamos.
Las burbujas de aire congelado de Abraham Lake (Canada)

